Cuando llega el frío, mantener una temperatura agradable en casa es fundamental, pero puede suponer un incremento importante en la factura energética. Existen varios sistemas de climatización en el mercado y, dependiendo del que utilicemos y de cómo gestionemos su uso, el consumo de calefacción puede dispararse. Como expertos en el sector, en este artículo, vamos a analizar los diferentes tipos que hay en el mercado y los factores que influyen en su consumo. Además, daremos varios trucos para optimizar su funcionamiento.
Tipos de calefacción más usados y consumo energético
Existen diversos métodos para calentar una vivienda. A continuación, veremos los más empleados y su impacto en el consumo.
Calefacción eléctrica
Ciertos sistemas dependen completamente de la energía eléctrica para generar calor, como los radiadores eléctricos, los acumuladores térmicos y el suelo radiante eléctrico, por lo que su consumo puede ser elevado si no se gestionan adecuadamente.
Por ejemplo, un radiador eléctrico de 2000 W que funciona cinco horas al día consume aproximadamente unos 10 kWh, traduciéndose en un gasto en calefacción considerable a fin de mes. Por otra parte, los acumuladores térmicos pueden rondar entre 8-12 kWh y el suelo radiante eléctrico, por ejemplo, en una vivienda de 100 m², puede oscilar entre 8 y 15 kWh, aunque en la práctica suele funcionar a intervalos y con regulación térmica. Por consiguiente, el consumo real diario se puede situar en torno a 5-10 kWh en un uso estándar.
Calefacción por gas
Las calderas de gas tienen un consumo que oscila entre 8 y 12 kWh, siempre dependiendo del modelo y del empleo que se le dé. Aunque puedes pensar que su consumo es similar al de algunos sistemas eléctricos, debes saber que el gas suele resultar más económico porque el precio del kWh de gas natural es inferior al de la electricidad.
Dentro de este grupo de calefacción, las calderas de condensación destacan por ser más eficientes que las convencionales, ya que aprovechan el calor del vapor de agua generado en la combustión, lo que disminuye el consumo energético.
Calderas de biomasa y pellets
En caso de que estés buscando una opción sostenible, la biomasa puede ser una alternativa interesante. Su consumo promedio es de unos 2 kg de pellets por hora, lo que equivale aproximadamente a 9-10 kWh.
Esto sitúa a este sistema en un rango similar al consumo de una caldera de gas o un sistema eléctrico potente, pero con la diferencia de que el precio de los pellets es muy inferior al del gas natural o la electricidad.
Bomba de calor y aerotermia
El consumo en las bombas de calor tradicionales de aire-aire varía en función del aislamiento y el tamaño de la vivienda, pero suele oscilar entre 3 y 10 kWh eléctricos diarios en un uso medio.
Ahora bien, si buscas una solución eficiente y versátil, la aerotermia puede ser la mejor opción. Este sistema destaca por ser capaz de generar hasta 4 kWh de calor por cada 1 kWh de electricidad consumido. Esto significa que, si una caldera eléctrica consume 10 kWh, genera solo 10 kWh térmicos, pero con aerotermia, esos mismos 10 kWh eléctricos producen 40 kWh de calor.
Factores que influyen en el consumo energético
No solo el tipo de calefacción es determinante para saber cuánto consumirás en casa. Hay otros factores que pueden hacer que el gasto energético aumente o se reduzca notablemente.
Ahorro en calefacción por aislamiento de la vivienda
Si tu vivienda está mal aislada, el calor se escapará y, por tanto, necesitarás emplear más calefacción para mantener una temperatura agradable.
Por consiguiente, si quieres tener un ahorro en calefacción de hasta un 30 %, te recomendamos tener ventanas de doble acristalamiento para reducir las pérdidas térmicas. Asimismo, te sugerimos colocar burletes en puertas y ventanas para bloquear las corrientes de aire.
Además, si aíslas las paredes y los techos, el calor se retendrá mejor en tu hogar, haciendo que el sistema de climatización trabaje de modo más eficiente y el consumo sea menor.
La temperatura como factor para reducir el gasto en calefacción
La recomendación ideal es mantener la vivienda entre 19 ºC y 21 ºC durante el día y rebajarla a unos 16 ºC o 17 ºC por la noche para evitar un gasto excesivo. También es importante que apagues el sistema de climatización cuando no haya nadie en tu casa y que ventiles las habitaciones sin dejar las ventanas abiertas demasiado tiempo. De hecho, 10 minutos son suficientes para renovar el aire sin perder calor innecesariamente.
Estrategias para reducir el gasto en calefacción
Con el fin de que puedas minimizar el consumo energético y disminuir la factura, te aconsejamos aplicar las estrategias de optimización que te exponemos a continuación.
En calefacción eléctrica
Debes ajustar la temperatura a un nivel óptimo. Además, la utilización de termostatos programables con radiadores eléctricos es idóneo para ajustar la temperatura según un horario personalizado. ¡Olvídate de tenerlos encendidos de manera constante!
Por otra parte, la clave para optimizar el uso de acumuladores térmicos es aprovechar las tarifas con discriminación horaria, cargando el calor durante las horas más económicas y liberándolo progresivamente a lo largo del día.
En lo referente al suelo radiante, es aconsejable combinarlo con un buen aislamiento térmico y que programes su empleo en las horas de menor coste energético.
En calefacción por gas
Para optimizar el consumo de gas, es primordial efectuar mantenimientos periódicos de las calderas para asegurar que funcionan correctamente. Además, para ajustar la temperatura de cada estancia y evitar gastos innecesarios, aconsejamos usar termostatos inteligentes y válvulas termostáticas en los radiadores.
En calderas de biomasa y pellets
Para disminuir costes, es preferible comprar los pellets fuera de temporada, ya que los precios suelen ser más bajos. También es esencial almacenar correctamente el combustible, evitando la humedad para garantizar su máxima eficiencia.
En bombas de calor y aerotermia
Como en otros sistemas, es fundamental ajustar el termostato a temperaturas recomendadas. Igualmente, deberás mantener los filtros y unidades exteriores limpios para mejorar la circulación del aire y la eficiencia energética del equipo.
En conclusión, reducir el consumo de calefacción no significa pasar frío, sino hacer un uso inteligente de los recursos disponibles. Esperamos que la información de este artículo te sirva para elegir el mejor sistema de climatización y pongas en práctica los trucos que te hemos brindado. Si necesitas asesoramiento sobre qué tarifa poner, te animamos a contactar con nosotros.