Tener una segunda residencia puede convertirse en una fuente constante de gastos innecesarios si no se sabe gestionar adecuadamente. Uno de los más comunes es el consumo eléctrico. Aunque parezca que al no estar de forma constante en la vivienda se gasta poco, lo cierto es que hay muchos pequeños consumos que siguen funcionando… y sumando en la factura. ¿Te has parado a pensar cuánta energía se va en los aparatos que se quedan en standby o cuánto derroche de dinero hay por tener tarifas mal contratadas? ¡Aquí te contamos cómo ahorrar luz en la segunda vivienda sin complicaciones!
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¿Por qué es clave controlar el consumo eléctrico en tu segunda vivienda?
Cuando se piensa en ahorro, muchas veces se pasa por alto la casa que se usa menos, pero precisamente por eso puede ser un foco silencioso de gastos. Entender por qué se produce el consumo eléctrico es el primer paso para ponerle freno.
Gastos invisibles que se acumulan sin darte cuenta
Aunque no vivas en tu segunda casa durante todo el año, los electrodomésticos en standby, es decir, aquellos que se quedan con el botón rojo encendido porque siguen consumiendo electricidad, aunque parezca que estén apagados, pueden representar un gasto que se nota en la factura. De hecho, se estima que hasta un 10 % del consumo puede provenir de aparatos en reposo, como una televisión apagada, pero conectada, que puede consumir entre 1 y 5 W constantemente.
Igualmente, el funcionamiento continuo del frigorífico o, incluso, la iluminación exterior, como la del jardín o el porche, que tenga los temporizadores mal ajustados y hagan que se queden encendidas las luces más tiempo del necesario o no estén ajustados al horario estacional, también puede hacer que el consumo eléctrico sea más alto del necesario.
Las necesidades energéticas de la vivienda principal y la secundaria son diferentes
Cuando en una vivienda habitual se busca confort diario, en una casa vacacional se puede jugar con más flexibilidad: ajustar potencias, reducir contrataciones e incluso, si no se va a usar la casa durante meses, estudiar opciones como dar de baja temporalmente el suministro. La estrategia debe adaptarse a cada situación. Por ejemplo, si la casa solo se utiliza en verano, se puede bajar la potencia contratada a 2,3 kW en invierno para reducir el coste fijo considerablemente.
Trucos para reducir el consumo en una casa vacía
Una vez que la vivienda está vacía, no tiene sentido mantener ciertos consumos activos. La clave está en identificar qué está usando energía innecesariamente y cortar de raíz esos gastos silenciosos. Esta sección está pensada para darte trucos concretos que realmente funcionan y que puedes aplicar desde ya.
Apaga de verdad: nada de dejar enchufes activos
Parece obvio, pero ¿cuántos cargadores, televisores o routers se quedan enchufados simplemente por costumbre? ¡Todo eso consume! Te aconsejamos que utilices regletas con interruptor o desenchufes directamente los aparatos para marcar la diferencia. Si no se va a usar en semanas, y ni siquiera hace falta dejar el frigorífico en marcha, es preferible que cortes la entrada de electricidad desde el cuadro eléctrico.
Domótica básica: controla tu casa desde el teléfono móvil
Hoy en día hay enchufes inteligentes y sistemas que permiten encender, apagar o programar aparatos a distancia. ¡No hace falta una instalación profesional ni un gran presupuesto!
Un simple temporizador de 10 euros puede ayudar a reducir el consumo en una casa vacía de forma sencilla y segura. Así, por ejemplo, si vas a llegar a tu segunda vivienda el sábado por la tarde, podrás programar el termo para que se encienda ese mismo día por la mañana y se apague el domingo por la noche. De este modo, evitarás que el dispositivo esté calentando agua innecesariamente desde el lunes hasta el sábado, cuando la casa está vacía.
Eficiencia energética: la aliada que no falla
Invertir en eficiencia es ahorrar a medio plazo, y no olvides que, en casas de uso esporádico, cada mejora cuenta.
Electrodomésticos eficientes: ¿vale la pena cambiarlos?
Si el frigorífico que tienes en tu casa tiene más de 10 años, probablemente esté gastando el doble de lo que debería. Los modelos nuevos con etiqueta A o B (según la nueva clasificación de eficiencia energética, que va de la A a la G) pueden suponer un ahorro de hasta el 60 % frente a otros antiguos.
Así, por ejemplo, un frigorífico de clase B puede consumir unos 100 kWh/año frente a los 300-400 de uno antiguo. Por tanto, ten en cuenta este factor cuando se estropeen tus electrodomésticos antiguos.
Aislamiento, orientación y otros detalles que suman
Si bajas las persianas y colocas los toldos correctamente, en caso de que tengas, en las horas de más calor, ayudarás a mantener la temperatura interior sin necesidad de encender el aire acondicionado más tiempo o ponerlo a mayor potencia. A su vez, a la hora de ventilar la casa en verano, te recomendamos que lo hagas a primera hora del día o a última de la tarde para evitar las horas fuertes de calor. Estos pequeños gestos mejoran la eficiencia energética sin gastar un euro.
En invierno también se puede ahorrar si se sabe cómo proteger la vivienda del frío. Por ejemplo, si mantienes las persianas bajadas durante toda la noche, ayudarás a conservar el calor acumulado durante el día.
Por otra parte, si la casa está orientada al sur, debes aprovechar la luz solar abriendo las cortinas en las horas centrales. En caso de tener la vivienda hacia la cara norte, valora la idea de instalar burletes o alfombras para reducir fugas térmicas sin grandes inversiones.
Optimizar la factura de luz también cuenta
Debes tener en cuenta que no todo es consumo porque a veces el ahorro empieza por elegir mejor la tarifa de luz. Esto es así porque el mercado eléctrico ofrece muchas opciones, pero no todas valen para todos.
En tu segunda residencia podrás optimizar la factura de luz simplemente eligiendo la tarifa correcta. Por ejemplo, si contratas la tarifa con discriminación horaria, puedes reducir el coste total notablemente.
En resumen, ahorrar luz en tu segunda vivienda es más fácil de lo que parece y, de hecho, con los trucos que te hemos propuesto en este artículo podrás conseguirlo de forma sencilla. En Visalia contamos con un equipo de profesionales que estarán encantados de resolver todas tus dudas. Por eso, en caso de que necesites hacer cambios en tu tarifa, te invitamos a contactar con nosotros. ¡Hazlo ahora!