Pagar de más en la factura de la luz por tener una potencia inadecuada es más común de lo que parece. En Visalia, nos preocupamos por el consumo de los usuarios y somos conscientes de que una de las grandes confusiones viene al no entender bien dos conceptos clave: potencia contratada vs. potencia consumida. Aunque parezcan lo mismo, no lo son y, precisamente, esa confusión es la que hace que muchos hogares estén pagando de más cada mes. Aquí te explicamos sus diferencias sin tecnicismos, con ejemplos reales y consejos prácticos para que puedas ajustar tu potencia eléctrica de la mejor manera.
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¿Qué es la potencia contratada?
Empecemos por lo básico. Para entender bien tu factura de la luz, el primer concepto que hay que tener claro es el de qué es la potencia contratada. Esto se debe a que, aunque suele pasar desapercibida, contiene una cifra fija que aparece cada mes en la factura y puede estar incrementando tu recibo sin que te des cuenta.
Esta potencia hace referencia al número de kilovatios (kW) que se acuerdan con la comercializadora al hacer el contrato para poder tenerlos disponibles en todo momento. Para que lo entiendas mejor, podríamos decir que es como pagar una cuota mensual de gimnasio: puedes ir todos los días o no pisarlo en un mes, pero el pago es el mismo. En este caso, aunque no utilices toda esa potencia, la estarás pagando igualmente cada mes.
¡Ahora vamos a llevarlo a la práctica! La potencia contratada determina cuántos aparatos eléctricos puedes usar a la vez sin que ‘salten los plomos’. Cuanto más alta sea, más cosas podrás tener encendidas al mismo tiempo. Pero ojo, porque también pagarás más en la parte fija de la factura, tanto si empleas como si no esa potencia.
Con un ejemplo real lo verás todavía más fácil. Imagínate una familia con una potencia contratada de 5,75 kW. Así, podría tener funcionando a la vez una lavadora (2 kW), un horno (2,5 kW) y una televisión (0,2 kW) sin problemas. Sin embargo, si esa familia casi nunca enciende esos aparatos al mismo tiempo, estará pagando de más por algo que no necesita.
¿Qué es la potencia consumida?
Ahora que ya tenemos claro qué significa tener una potencia contratada, toca entender su contrapartida: la potencia consumida. Empezaremos diciendo que una cosa es lo que contratas y otra muy distinta lo que realmente usas en tu día.
Si te das cuenta, hablamos de lo que realmente importa, es decir, lo que utilizas. Así, esta potencia es la que demanda tu vivienda en tiempo real. No tiene un valor fijo, como la contratada, sino que, en función de los aparatos que estén encendidos en cada momento y cuánta energía necesiten, irá cambiando por segundos. Por ejemplo, si enciendes el horno y la vitrocerámica a la vez, tu potencia consumida subirá temporalmente.
Ese consumo de energía se va sumando y al final del mes se plasma en el recibo el total de kilovatios hora (kWh) acumulados, que es como realmente se factura.
Ahora bien, si eres capaz de conocer tus picos de potencia (esos momentos en los que más estás usando la energía), podrás comprobar si alcanzas los valores máximos de tu potencia contratada y, por tanto, la estás aprovechando o desperdiciando. Si no llegas, te aconsejamos que revises tu potencia porque estarás pagando de más en la parte fija y podrás ajustarla para reducir tu factura de luz.
¿Estás pagando por más potencia de la que necesitas?
Si no se te suele ir la luz cuando tienes demasiados aparatos encendidos, probablemente signifique que tienes más potencia contratada de la necesaria. No obstante, también podría ser que esté bien ajustada y simplemente gestiones bien el uso de los aparatos. En cualquier caso, conviene comprobar si ese margen que tienes realmente lo precisas. Recuerda que, si no lo aprovechas, estarás pagando de más mes a mes sin obtener ningún beneficio real a cambio.
Si tu consumo diario es bajo, pero la factura sigue siendo elevada, tal vez se deba a que pagas una potencia fija superior a la que utilizas.
A su vez, si tus hábitos de consumo simultáneo son bajos, es decir, si rara vez coinciden más de dos o tres aparatos funcionando al mismo tiempo, también puede ser que tengas margen para ajustar la potencia. Por ejemplo, si vives en un piso pequeño con electrodomésticos eficientes, iluminación LED y no tienes aire acondicionado, sino que empleas ventiladores, lo normal es que no necesites mucha potencia.
¿Cómo saber cuánta potencia necesitas realmente?
Ahora que ya entiendes la diferencia, puede que te estés preguntando cuántos kW necesitas en casa. Para responder correctamente hay que analizar tu realidad doméstica. Por ejemplo, una persona que vive sola, teletrabaja con el ordenador, cocina con vitrocerámica y apenas pone electrodomésticos grandes a la vez, probablemente no requiera más de 3,45 kW.
Por el contrario, una familia de cuatro personas que utilice a la vez el horno, el lavavajillas, la secadora y el aire acondicionado sí puede necesitar 5,75 kW o más.
Una forma sencilla de hacer una estimación adecuada es pensar en los electrodomésticos que sueles usar al mismo tiempo. Si en tu rutina diaria rara vez se superan los tres aparatos encendidos a la vez, es probable que puedas reducir tu potencia contratada.
También puedes apoyarte en herramientas digitales, como acceso al historial de tu consumo o aplicaciones que permiten ver tus picos de potencia reales. Si, por ejemplo, nunca pasas de 3,5 kW, tal vez estás pagando de más por tener contratados 5,75 kW.
Cómo ajustar la potencia
Si reduces la potencia contratada, puede suponerte un ahorro directo en cada factura. Por ejemplo, pasar de 5,75 a 4,6 kW puede representar unos 60 € anuales menos.
Este cambio se efectúa con tu comercializadora. Solo tendrás que solicitar el cambio de la potencia y en unos días lo tendrás aplicado. Eso sí, ten en cuenta que solo se puede hacer una vez al año, así que te aconsejamos que calcules bien antes de modificar nada.
En resumen, la clave para ahorrar en la factura eléctrica está en entender bien potencia contratada vs. consumida. Ajustarla a tu realidad es una forma sencilla y efectiva de hacer un consumo eléctrico eficiente sin renunciar a la comodidad. ¿Tienes dudas sobre cuánta potencia necesitas o cómo ajustar tu contrato? En Visalia te ayudamos a analizar tu caso para que optimices tu factura. ¡Contáctanos y empieza a ahorrar desde la próxima factura!